domingo, 1 de marzo de 2015

Termografía Infrarroja

Mantenimiento Predictivo


La Termografía Infrarroja es la técnica mediante la cual se adquiere información térmica de un equipo y se predice futuras fallas analizando las alteraciones detectadas. El monitoreo se realiza en condiciones de trabajo normales minimizando cualquier interferencia con la producción.
La termografía se ha convertido en una de las herramientas de diagnóstico más valiosas para efectuar un mantenimiento predictivo eficaz. Al detectar anomalías que suelen ser invisibles a simple vista, la termografía permite realizar correcciones antes de que se produzcan costosos fallos en el sistema.

Todos los procesos necesitan energía (esta puede ser eléctrica, mecánica, química, etc.). Parte de esta energía se transforma en calor, lo cual modifica la temperatura del sistema. Si los valores de temperatura registrados presentan desviaciones de los valores normales, estas desviaciones son el primer indicio de una probable falla en un futuro cercano.
Un análisis termográfico, que indique la condición térmica en la cual está trabajando  un equipo en particular, proveería al área de mantenimiento una información de incalculable valor para prevenir futuras fallas.


Ventajas del análisis Termográfico


·           Reducción del tiempo de revisión de los equipos, ya que la termografía indica cuales son los equipos que presentarán falla, pudiendo el departamento de mantenimiento reparar los problemáticos antes que fallen.
·           Permite realizar reparaciones programadas de los equipos con problemas no críticos mediante un monitoreo.
·           Reduce la probabilidad de paros imprevistos por falla de equipos, incrementando el tiempo de producción y por ende la rentabilidad.
·           Reducción de los tiempos de paradas programadas.
·           Reducción de los costos de mantenimiento.
·           Reducción del stock de repuestos, dado que se evitan fallas sorpresivas.
·           Reduce la probabilidad de paros imprevistos.




Áreas de Aplicación


·           Tableros eléctricos y sus componentes.
·           Cableados, etc.
·           Motores eléctricos.
·           Equipos con rodamientos o partes que generen calor por fricción (correas, cadenas, trasmisiones, etc.).
·           Instalaciones de vapor y aislaciones.
·           Sistemas de calefacción o refrigeración.
·           Cámaras frigoríficas.
·           Termografía de edificios para determinar humedad no visible a simple vista o pérdidas de energía.











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